¿Qué habilidades y competencias son necesarias para adaptarse a la IA? Según un informe de la UNESCO (*), se pueden agrupar en cuatro categorías:
- Habilidades técnicas: son las que permiten comprender, diseñar, desarrollar, implementar y evaluar sistemas de IA. Incluyen conocimientos de programación, matemáticas, estadística, lógica, ingeniería y ciencias de la computación. Estas habilidades son esenciales para los profesionales que se dedican a la creación y gestión de soluciones basadas en IA.
- Habilidades cognitivas: son las que facilitan el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas, la creatividad y el pensamiento crítico. Estas habilidades son fundamentales para los usuarios y beneficiarios de la IA, ya que les permiten entender cómo funciona la IA, qué beneficios y riesgos implica, cómo interactuar con ella y cómo aplicarla a diferentes contextos y desafíos.
- Habilidades socioemocionales: son las que favorecen la comunicación, la colaboración, la empatía, la adaptabilidad y el liderazgo. Estas habilidades son clave para los trabajadores y ciudadanos que conviven con la IA, ya que les ayudan a relacionarse con otros seres humanos y con agentes inteligentes, a trabajar en equipos multidisciplinares y multiculturales, a gestionar el cambio y la incertidumbre y a asumir responsabilidades éticas y sociales.
- Habilidades éticas: son las que promueven el respeto, la integridad, la justicia, la inclusión y la sostenibilidad. Estas habilidades son imprescindibles para los creadores y usuarios de la IA, ya que les permiten tomar decisiones informadas y conscientes sobre el uso y el impacto de la IA en los derechos humanos, la democracia, el medio ambiente y el bien común.
Estas cuatro categorías de habilidades y competencias no son excluyentes ni fijas, sino que se complementan e interrelacionan entre sí. Además, se pueden adquirir y desarrollar a lo largo de toda la vida mediante diferentes modalidades de educación formal, no formal e informal.
La adaptación a la IA no es solo una cuestión técnica o económica, sino también humana y social. Por ello, es necesario fomentar una cultura de aprendizaje continuo que prepare a las personas para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece esta tecnología. Solo así podremos garantizar una IA al servicio del desarrollo humano sostenible e inclusivo.