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Siguiendo el ejemplo de Marco Aurelio, emperador de la Roma Antigua, que nos enseñó la importancia de la sencillez en el ejercicio del poder y la importancia de dejar constancia, como un simple ser humano agradecido, como él, de las enseñanzas recibidas; recuerdo, en este día de difuntos, las enseñanzas siempre vivas que me dejaron personas ausentes que tuve el privilegio de conocer.
En mi familia
Mi padre, Joaquín, que me enseñó muchas cosas importantes: que la felicidad en la vida consiste en la resolución de problemas y no en la ausencia de problemas; que hay siempre que tener metas nobles, de mejoramiento de la situación personal y de la humanidad, de la dignidad y la existencia espiritual y material y disponer el cuerpo y el alma para el sacrificio con la finalidad de conquistarlas; que de nada ni de nadie se permita un daño a la dignidad personal; la afición por la filosofía y la música clásica, especialmente por Hegel, Marx, Engels, Beethoven y la Marimba.
Mi madre, Conchita, el amor y el respeto a la figura de Jesús, el Cristo, y sus enseñanzas, especialmente en la figura de su Sagrado Corazón; el respeto y amor a la familia; la inducción, no siempre fructífera en mi persona, de importancia del desarrollo de la capacidad empresarial; el respeto al trabajo, por muy humilde que sea, esta enseñanza la recibí tanto de ella, como de mi padre; la incansable lucha y aporte para educar al prójimo y educarse constantemente.
Mi Tía Elisa, me enseñó la humildad, la sencillez, el amor incondicional familiar y la nobleza del servicio de educación de la niñez pobre.
Mi abuelo paterno, José María, también el amor familiar, la dedicación al trabajo; de él al igual que de todos, aprendí a estar siempre ocupado.
Mi mamá Toña, mi abuela, la importancia de prodigar cariño en la atención familiar.
En mi Colegio
Padre Benito Arturo Contreras, me enseñó a cultivar el hábito de la lectura en la literatura clásica; la importancia de la formación sistemática en la oratoria forense; la importancia de la felicidad de una amistad respetuosa de las convicciones políticas personales, y la valoración distinguida de la persona, su educación y su amistad.
En mi lucha política y universitaria
Felipe, me mostró la importancia del arrojo y el coraje y la capacidad organizativa, que con pocos, se puede hacer mucho.
Félix, de quien mi padre Joaquín, fue maestro, y ambos, me enseñaron la tenacidad, el respeto a la democracia, el razonamiento del sacrificio personal por las causas nobles.
Jesús Rojo, me enseñó como se combina la claridad y la pureza política con el pragmatismo político y la lealtad política.
Hugo, me enseño la sencillez con que se entrega una amistad personal incondicional y la importancia del trabajo intelectual en la lucha por la justicia social.
Elizabeth y Ethel, me enseñaron como opera la sencillez en la entrega por las convicciones y lucha democráticas.
Angelita y Chepe, me enseñaron como el amor por la lucha social, puede ser amor filial.
Cristóbal, me enseñó como se combina la sencillez con la inteligencia práctica y la lealtad en el trabajo.
En el Día de los Difuntos recuerdo que he tenido la fortuna de recibir positivas enseñanzas de personas cuya grandeza recuerdo siempre y también enseñanzas negativas de personas cuya pequeñez también recuerdo siempre; las enseñanzas positivas y negativas siempre perduran, pero están siempre como guardianes las enseñanzas positivas en lo personal y en lo social, encaminadas a vencer las enseñanzas negativas...¡¡¡hasta la victoria siempre!!!
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